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Autora: Narvaez, C
Fecha: 7, mayo, 2007

INTRODUCCIÓN

​En esta obra de Paul Kennedy, se describen claramente qué es lo que ha hecho que existan grandes civilizaciones e imperios, su historia, su auge, sus puntos débiles hasta su decadencia y desaparición.

​En el capítulo VIII, específicamente para esta labor, es de suma importancia ya que este capítulo cierra con broche de oro la obra, porque narra de manera muy amena, interesante, con datos, estadísticas y por supuesto historia, todos los acontecimientos que han llevado a la humanidad lo que es hoy en día.

​El capítulo se divide en seis secciones: la primera habla acerca de la historia y los factores que influyen en los Estados; la siguiente parte hace un análisis de los diferentes puntos fuertes y débiles de China; a continuación hace otro análisis ahora de Japón; en la cuarta sección habla acerca de la CEE con sus respectivos puntos fuertes y débiles; y lo mismo prosigue con la Unión Soviética y para cerrar con los Estados Unidos.

​Cabe destacar que cada análisis que hace en cada sección de éste capítulo hace un análisis profundo de la situación del país o de la región en todos aspectos: tanto económica, social e históricamente, y en algunas ocasiones utiliza las comparaciones con otros países para darle una idea al lector de lo que le podría beneficiar a tal o cual país. A continuación se hará una breve narración de los puntos más importantes de cada sección de este capítulo.

CAPITULO VIII.
Historia y Especulación

​En esta sección inicia explicando la manera en la que la historia pone en tela de juicio los hechos pasados, siendo esto un problema metodológico para la historia misma y para la predicción de hechos futuros. Hubo muchas dificultades metodológicas al tratar de <>, los sucesos pasados, como el asesinato de un archiduque o una victoria militar, ocurrieron realmente. Tal vez, la mejor manera de comprender lo que está en el futuro es mirar brevemente hacia atrás, el auge y caída de las grandes potencias en los últimos cinco siglos.

La tesis de este libro ha sido que existe una dinámica para el cambio, impulsado principalmente por sucesos económicos y tecnológicos, que repercuten en las estructuras sociales, los sistemas políticos duales y de los imperios. La rapidez de este cambio económico mundial no ha sido uniforme, simplemente porque el ritmo de la innovación tecnológica y del crecimiento económico es también irregular, condicionado por la circunstancia del inventor individual y del empresario, así como por el clima, las epidemias, las guerras, la geografía, el marco social, etcétera (…)
​La segunda tesis importante de este libro ha sido que este ritmo desigual del crecimiento económico ha producido impactos cruciales a largo plazo sobre el poder militar relativo y la posición estratégica de los miembros del sistema de Estados, dónde el poder militar descansa sobre una riqueza adecuada, que a su vez se deriva de una base productiva floreciente, de unas finanzas sanas y de una tecnología superior.

La acción equilibradora de China

​Las competidoras demandas de la modernización de las armas, las exigencias sociales del pueblo y la necesidad de canalizar todos los recursos disponibles en empresas productivas no militares, no son en parte alguna tan apremiantes como en la República Popular China, que es simultáneamente, la más pobre de las potencias importantes y, probablemente, la menos bien situada estratégicamente. Los puntos flacos del país son tan conocidos que se mencionan a continuación: su diplomacia y estrategia. Pekín se ha considerados aislado y rodeado. En cuanto a la población, a ella no se le olvidan las anteriores agresiones de Japón, asimismo los Estados Unidos son mirados todavía con algún recelo, particularmente bajo un régimen republicano que parece demasiado entusiasmado con la construcción de un bloque contra Rusia, que también parece alimentar una prolongada simpatía por Taiwán y que interviene con demasiada presteza contra países del Tercer Mundo y movimientos revolucionarios. China se siente obligada a ver en la URSS su principal peligro extranjero, y no simplemente por las masas de divisiones rusas y d aviones desplegadas a lo largo de la frontera, sino también a consecuencia de la invasión rusa de Afganistán y, más preocupante aún, del expansionismo hacia el sur del Estado vietnamita apoyado por los soviéticos.

​Aparte de la importancia numérica del Ejército chino, este sigue estando muy mal equipado en instrumentos modernos de guerra, son versiones indígenas de modelos rusos y occidentales que adquirió China hace años, y ciertamente no tienen comparación con tipos posteriores y mucho más perfeccionados.

​Económicamente China parece aún más atrasada; incluso después de enmendar sus cifras oficiales de PNB per cápita, para que concuerden mejor con los conceptos y las medidas económicas occidentales. Incluso en el próximo siglo, el chino corriente será pobre en relación con los habitantes de las potencias establecidas.

​Para el auge de China como gran potencia militar, ha sido el desarrollo extraordinariamente rápido de su tecnología nuclear. Las primeras pruebas chinas se realizaron en tiempos de Mao, éste se había burlado públicamente de las armas nucleares, prefiriendo los méritos de una guerra popular; en contraste con esto Deng se ha empeñado en poner a China en las filos de los Estados militares modernos lo más rápidamente posible.

​Desde 1982, China ha estado probando misiles balísticos lanzados desde submarinos y trabajando en mejorarlos, tanto en alcance como en puntería. También se habla de experimentos chinos con armas nucleares tácticas. Mientras China gaste sólo una octava parte, más o menos, de lo que gastan las superpotencias en defensa, no hay manera de que pueda alcanzar la paridad.

​Antes de que los comunistas hubiesen establecido su régimen, China tenía un poder manufacturero considerable, aunque esto era disfrazado por la extensión enorme del país, por el hecho de que la mayoría de sus habitantes eran campesinos, y por los trastornos de la guerra y de las guerras civiles. La creación de un régimen marxista y el advenimiento de la paz doméstica permitieron que la producción diese un gran avance, con el Estado fomentando los crecimientos agrícola e industrial, aunque a veces por medios extraños. La agricultura produce más del 30% del PNB de China y emplea el 70% de la población, la decadencia en ese sector actuará como un freno en toda la economía, como ha ocurrido claramente en la Unión Soviética.

​El futuro impulso de China hacia la industrialización tiene todavía más importancia pero plantea problemas aún más delicados. Ha sido obstaculizaos no sólo por la falta de poder adquisitivo del consumidor, sino también por años de una planificación bastante severa según el modelo ruso y de la Europa oriental.

​Impacto de China en el escenario internacional: el crecimiento económico del país hará aumentar su comercio exterior, es imposible transformar aquél en otra Alemania Federal u otro Japón. Las dimensiones del mercado doméstico de una potencia como China, que tiene la anchura de un continente, y el volumen de su población y su base de materias primas, hace que sea sumamente improbable que llegue a depender del comercio de ultramar tanto como uno de los más pequeños estados comerciales marítimos.

El dilema Japonés

​El éxito económico de Japón ha sido porque se ha dedicado a la persecución de un sostenido crecimiento económico, especialmente en mercados de exportación.

​Una de las ventajas de Japón es el altísimo nivel del ahorro nacional, que es especialemtne marcado en comparación con l de los Estados Unidos. Esto se explica en parte por las diferencias en los sistemas de impuestos, que en los Estados Unidos han fomentados el crédito personal y el gasto del consumidor, mientras que el individuo tiene que ahorrar mucho más in Japón para la vejez, ya que las pensiones son menores. La parte del PNB recaudada en Japón como impuestos sobre la renta y pagos por Seguridad Social es mucho más aja que en cualquiera de las otras principales sociedades capitalistas y de bienestar; además de que las empresas japonesas tienen un mercado interior virtualmente garantizado, salvo en manufactureras de prestigio y especializadas; situación de la que ya no disfrutan la mayoría de las empresas norteamericanas o la mayoría de las compañías europeas. El incremento de su industria ha sido en telecomunicación, automóviles, camiones y barcos y también en biotecnología e incluso en aerospacio. Se dice que su PNB per cápita ha superado al de los Estados Unidos y al de Europa occidental, dándole casi el nivel de vida más alto del mundo.

​Las mayores preocupaciones de los japoneses son, probablemente, las que se refieren al futuro equilibrio de poder en la propia Asia oriental. La diplomacia política en todas direcciones está muy bien en el momento actual, pero que utilidad tendría con cualquier otra variable como una guerra o un retiro de apoyo por parte de los Estados Unidos por ejemplo; esto es una de sus principales preocupaciones.

La CEE: Potencial y Problemas

​De las cinco principales concentraciones de poder económico y militar en el mundo actual, la única que no es una Nación-Estado soberana es Europa, y esto define inmediatamente el principal problemas con que se enfrenta esta región al avanzar hacia el naciente sistema de grandes potencias del siglo XXI.

​En su potencial, la CEE tiene claramente la extensión, la riqueza y la capacidad productiva de una gran potencia. Con la incorporación de España y de Portugal, su población de doce miembros representa un total de unos 320 millones de habitantes, es decir 50 millones más que la URSS y casi el doble de la de los Estados Unidos. Además, es una población sumamente instruida, con cientos de Universidades y colegios en Europa y millones de científicos e ingenieros. El PNB total e la CEE es aproximadamente igual (en 1980, 1986) al de los Estados Unidos, o alrededor de los dos tercios de éste. Es ciertamente más importante que Rusia, Japón o China en su parte del PNB o de la producción manufacturera.

​En cuanto a temas de integración económica y dispositivos constitucionales e institucionales, la CEE está evidentemente mucho más adelantada; pero aún así está mucho más dividida, como comunidad económica, de lo que estaría un Estado soberano. La ideología política afecta siempre a las prioridades de la política económica.

​Desde luego hay más problemas en Europa de los que se consideran aquí: entre ellos, el envejecimiento de las poblaciones y de las industrias, los descontentos étnicos en las ciudades del interior, la diferencia entre el próspero Norte y el pobre Sur, las tensiones político-lingüísticas en Bélgica, el Ulster y el Norte de España. Hay observadores que aluden ocasionalmente la posibilidad de una finlandización de ciertos Estados europeos (Dinamarca, Alemania Federal…), que entonces dependerían de Moscú. Si la comunidad Europea puede actuar junta, es posible que mejore su posición tanto militar como económicamente, si no lo hace su decadencia relativa parece destinada a continuar.

La Unión Soviética y sus “contradicciones”

​La palabra contradicción en terminología marxista es muy específica y se refiere a las tensiones que son inherentes al sistemas de producción capitalista y causarán inevitablemente su ruina. Por consiguiente, parece deliberadamente irónico emplear la misma expresión para describir la posición en que se encuentra ahora la Unión Soviética, primer Estado comunista en el mundo.

​Afirma la importancia suprema de la paz mundial pero su aumento masivo en los armamentos y sus lazos con los Estados revolucionarios. Por encima de todo, aunque los líderes del Partido insisten con frecuencia en que la URSS nunca volverá a aceptar una posición de inferioridad militar y apremian todavía más frecuentemente a la nación para que aumente su producción, les resulta claramente difícil reconciliar estos dos objetivos y, en particular, reprimir la tradición rusa de dedicar una parte demasiado grande de los recursos nacionales a las Fuerzas Armadas, con consecuencias para su capacidad de competir comercialmente con otras sociedades, estos problemas son calificados como contradicciones.

​Se hace una comparación de la producción de cereales en la Unión Soviética y China en los años 1950 a 1984, dónde se aprecia cómo la producción china es constante y en aumento, mientras que la rusa es inconstante y mucho más baja que la china. Aparte del campo otra causa importante de la preocupación por el futuro económico de Rusia, es por su demografía: reducción del índice de natalidad del país hasta el aumento del índice de mortalidad como nunca se hubiera visto antes, por lo tanto hay disminución en la cantidad de nuevos elementos en la mano de obra, complicada por su desigual distribución regional, hasta el relativo envejecimiento de la población, por lo que se indica aquí que no hay muchas esperanzas para el gobierno, con estas tendencias demográficas.

​De esta manera una de las posibles soluciones que se proponen aquí son: descentralizar la planificación y el sistema de precios, liberar a los campesinos de los controles comunales, dar mayor libertad de acción a los directores de fábricas, ofrecer incentivos a la empresa individual e vez de lealtad al Partido, cerrar fábricas anticuadas, negarse a aceptar productos de mala calidad y permitir una circulación mucho más libre de la información, todo esto sería visto por los que están en el poder como terribles amenazas a su propia posición. Además de esto se describe en una gran parte el gasto excesivo en defensa. Algunas de las dificultades con que se enfrentan los que han de tomar las decisiones militares en Rusia, a medio o largo plazo, se derivan directamente de los problemas económicos y demográficos del Estado, como los que vimos anteriormente.

Los Estados Unidos: el problema del número uno en relativa decadencia

​Se puede argüir que la parte de Estados Unidos en el poder mundial ha decrecido relativamente más de prisa que la de Rusia en la últimas décadas, sus problemas son probablemente mucho menos graves que los de su rival soviético. Además su fuerza absoluta (especialmente en los campos industrial y tecnológico) es todavía mucho mayor que la de la URSS; también puede ser porque la naturaleza no estructurada y de laissez-faire de la sociedad norteamericana le da probablemente más facilidades para reajustarse a las circunstancias cambiantes. Estados Unidos se enfrenta también con la posibilidad de la aniquilación nuclear, un hecho que, según piensan muchos, ha cambiado toda la naturaleza de la política de poder internacional.

​En América Latina se producen crecientes desafíos a los intereses nacionales de los Estados Unidos. Los problemas económicos de América Latina no sólo han rebajado el crédito de muchos famosas casas de Banca norteamericanas, sino que han contribuido también a una disminución sustancial de las exportaciones de productos manufacturados de Estados Unidos a esta región. Todo esto se complica más por el hecho de que, económica y socialmente, América Latina ha estado cambiando con notable rapidez en las últimas décadas; su explosión demográfica presiona todavía con más fuerza sobre los recursos disponibles y sobre las viejas estructuras conservadoras de gobierno, en un número considerable de Estados.

​Es muy improbable que los Estados Unidos fuesen llamados para defender todos sus intereses en ultramar simultáneamente y sin la ayuda de un número importante de aliados: los miembros de la OTAN en Europa occidental, Israel en el oriente medio y Japón, Australia y posiblemente China en el Pacífico. La defensa de los intereses mundiales norteamericanos se refiere a los desafíos económicos que pesan sobre el país y que por ser tan diversos, amenazan con ejercer enormes tensiones sobre las tomas de decisión en política nacional.

​Es difícil imaginar que la decadencia d la capacidad industrial norteamericana pudiese ser tan grave: su base manufacturera es sencillamente mucho más amplia de lo que era la de la Gran Bretaña eduardina, las industrias relacionadas con la defensa no has sido sólo sostenidas por repetidos pedidos del Pentágono, sino que se han adaptado al cambio de la manufacturera intensiva en materiales, al de la manufacturera intensiva en conocimiento, lo cual reducirá también a largo plazo la dependencia de Occidente de las materias primas críticas.

​La posición americana es muy especial, porque a pesar de su decadencia económica, y tal vez militar, los Estados Unidos siguen siendo, el actor decisivo en toda clase de equilibrios y de cuestiones.

CONCLUSIÓN

​Como conclusión se puede decir que Kennedy en éste último capítulo de su obra supo resumir claramente y brevemente todos los puntos importantes, ya sean fortalezas o debilidades de cada punto decisivo en el planeta de las diferentes regiones, cómo América, Asia y Europa que son las zonas dónde se decide el curso de la humanidad y del planeta.

​Hay que tomar en cuenta también el contexto bajo el cual el autor escribió esta obra y realizó estos análisis, puesto que estaba él viviendo todavía la época de la guerra fría, hoy en día la situación ha cambiado con los diferentes gobiernos en turno desde esa época hasta este año 2007, en dónde observamos que las tendencias que él pronostica y analiza son correctas en algunos puntos y en otros son incorrectas o han cambiado.