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Autora: Narvaez, C.
Fecha: 4, marzo, 2008

Se dice que Bolivia era el caso de una persona con cáncer, sabe que se enfrenta a la intervención más peligrosa y dolorosa que existe en y la esta ilusión monetaria y otras medidas por el etilo, lo son, pero no tenía otra alternativa. En 1985, Bolivia pasó a formar parte de la ola democrática que barría en aquellos momentos el mundo en vías de desarrollo. Los bolivianos habían estado sometidos a una forma u otra de dictadura. En 1984, la administración de Reagan había puesto la situación del país al límite financiando una ofensiva sin precedentes contra sus cultivadores de coca, planta de cuyas hojas se puede obtener cocaína tras un proceso de refino. Bolivia afrontó sus históricas elecciones nacionales del 85’, en aquellas circunstancias, con una inflación anual de hasta el 14.000%. las elecciones eran entre Banzer (un ex -presidente electo) y Paz Estensoro. La votación fue reñida. Contrataron los servicios de un economista llamado Sachs para que les ayudara a elaborar un plan económico antiinflacionista. Sachs estaba fuertemente influido por los escritos de Keynes sobre la relación entre la hiperinflación y la extensión del fascismo en Alemania tras la Primera Guerra Mundial . Aunque Sachs compartía la fe de Keynes en el poder de la economía para combatir la pobreza. En el 85’ se hallaba inmersa en plena reacción de inspiración Friedmaniana contra todo lo que Keynes representaba. Los preceptos de la Escuela de Chicago sobre la supremacía del libre mercado se habían convertido enseguida en la ortodoxia de los departamentos de Economía de las universidades de la Ivy League. Bolivia era víctima del romanticismo socialista, la misma falsa ilusión de desarrollismo que una generación anterior de economistas formados en Estados Unidos intentando erradicar lo del cono sur. El pueblo boliviano del caos y el desorden de la hiperinflación, abogó por la austeridad en gasto público por el aumento de precios en plena crisis. Un consejo muy directo y simple para Banzer fue que: solo una terapia de shock súbito remediaría la crisis hiperinflacionaria boliviana así que le propuso multiplicar por diez el precio del petróleo y desregular los precios de toda una serie de productos, además de practicar diversos recortes presupuestarios.

Se proponía la eliminación de los subsidios para alimentos, la anulación de casi todos los controles de precios y una subida del 300% en el precio del petróleo. Pese a que el nivel de vida iba a resultar mucho más caro en un país que ya de por sí era desesperadamente pobre, el plan también preveía la congelación durante un año de los sueldos de los funcionarios públicos en sus bajos niveles de entonces. Se instaba también a abrir por completo las fronteras bolivianas a las importaciones sin límites de ninguna clase y a una reducción de plantilla de las empresas estatales como paso previo a su privatización. Se destaca que el shock económico funciona con acuerdo a una teoría similar: la premisa es que las personas pueden desarrollar respuestas a los cambios graduales, pero si lo que les llega encima son decenas de cambios desde todas las direcciones y al mismo tiempo, lo que les invade es una sensación e inutilidad y la población acaba por cansarse y ablandarse. Uno de lo resultados inmediatos de esa determinación fue que una gran parte de la población más desesperadamente pobre de Bolivia se vio empujada a dedicarse al cultivo de coca, ya que ésta les retribuía diez veces más que otros productos agrícolas. Las exportaciones ilegales de droga generaban más ingresos para el país que todas sus exportaciones legales juntas, y según las estimaciones, unas 350,000 personas se ganaban la vida dedicándose a algún aspecto del comercio de la droga.

En el tema de la Crisis funciona se destaca que América latina en la década de los 80, estaba entrando en una espiral hiperinflacionaria, y la forma de sacarlos adelante era con las terapias de “shock”. Se menciona y se explica el caso de Argentina en dónde la complicación de la crisis de la deuda por culpa de esos otros shocks fue, una característica de un fenómeno habitual en muchos otros países. Cuándo los países golpeados por la crisis acudieron al FMI en busca de préstamos de emergencia y de alivio para sus deudas, el Fondo respondió con programas generalizados de terapia de shock, equivalentes en su alcance, y así se empezaron a implementar los ajustes estructurales, concepto que incluye “un paquete de reformas tanto macroeconómicas como macroeconómicas. El ajuste estructural fue vendido como el proceso por el que aquellos países tenían que pasar para salvar sus economías de la crisis”.

Crítica:

​De acuerdo con lo visto anteriormente esta lectura está argumentada y fundamentada de manera veraz, en dónde todos los puntos que menciona son reales, y es muy interesante ya que se describe paso a paso lo que sucedió en los países mencionados, tales cómo Bolivia y Argentina que son los países principales que describe. Vemos que Bolivia hoy, es un país inestable, y vemos que todo esto viene desde ésta época en dónde se empieza a implementar los programas que se planearon de manera clandestina, para darles una terapia de shock a la población boliviana. Por esta razón vemos que la gente al verse desesperada empezó a sembrar la planta de coca y de ahí se disparó el comercio ilegal de droga. Así también se menciona el caso de Argentina que causó shock en la población, y así como estos dos ejemplos así hubo una oleada en América Latina que causó endeudamientos bastante graves con el FMI.

​Cuándo los países golpeados por la crisis acudieron al FMI en busca de préstamos de emergencia y alivio para sus deudas, el Fondo respondió con programas generalizados de shock, equivalentes en su alcance a lo de la Escuela de Chicago elaboró en su momento para Pinochet y al decreto de 220 leyes cocinando, en el salón de la residencia de Gonzalo en Bolivia. Los países en crisis necesitan desesperadamente ayuda para estabilizar sus monedas. Cuándo las políticas de privatización y de libre comercio se incluyen en el mismo paquete de medidas de rescate financiero, los países no tienen más remedio que aceptar el lote completo. Lo realmente astuto era que los propios economistas sabían que el libre comercio no tenía nada que ver con el fin de la crisis pero difuminaban expertamente esa información. Regresando al caso de Argentina (alumno “modelo” del FMI) vemos que nos proporciona nuevamente una perspectiva nítida de la mecánica del nuevo orden. Después de que el presidente Alfonsín se viese forzado a dimitir por culpa de la crisis hiperinflacionaria, su cargo pasó a ser ocupado por Carlos Menem, gobernador peronista de una pequeña provincia. Había prometido resucitar las políticas económicas nacionalistas de Juan Perón. A principios de los años 90, el Estado argentino vendió la riqueza del país tan rápida y totalmente que la obra sobrepasó con mucho la realizada en Chile una década antes. En el 94’ ya se había vendido el 90% de las empresas estatales a compañías privadas cómo Citbank Boston, las francesas Suez y Vivendi, o las españolas cómo Repsol y Telefónica. A largo plazo el programa integral de Argentina resultó desastroso. Se perdieron tantos empleos que más de la mitad de los habitantes del país acabaron relegados por debajo del umbral de pobreza. Aún así a corto plazo se dice el plan funcionó de manera “brillante”: se había introducido subrepticiamente la privatización mientras el país estaba conmocionado por la hiperinflación. La crisis había cumplido con la misión que se e había asisgnado. A esto se le llama el capitalismo del desastre.

​Así mismo se puede decir que estas nuevas normas o ajustes que se le aplicaron así a Bolivia, Argentina, así le siguió México, Brasil entre otros países de América Latina, en dónde se aprovechó de estas medidas para endeudar más a los países, empobrecer más a la población, controlar a los gobiernos, y así seguir haciéndolo con América Latina, ya sea con “buenas intenciones” se evitar que se desarrollaran, para lo cuál esto es conveniente para Estados Unidos, el hecho de controlar América Latina que es su “zona de influencia”, y que estén con trabas para evitar su desarrollo económico, social, lo cuál si esto era uno de los objetivos, pues logró debilitar a América Latina y provocar una serie de oleada de crisis causadas por estrategias de shock, a causa de todos los ajustes estructurales que se implementaron en los 80 y 90, y que hasta la fecha hoy en día siguen los residuos y consecuencias de esto.